Inactividad. Бездействие
Dice Tomás que me envidia en estos días... y lo comprendo. Me gusta el verano, muchos lo sabéis y muchos lo compartís. Otros no.
Aparte del calor, que necesito siempre y ahora tengo, en verano, no hago nada... Me levanto con calma, desayuno con tranquilidad, vengo al ordenador y tengo tiempo de verlo todo, veo a mis padres sin agobios, cuido o no de mi casa, según las ganas y por las tardes, relajo y amigos... Envidia verdad?
En invierno nada de todo esto existe, ni siquiera sábados y domingos. Y el invierno es largo, muy largo. No sólo la actividad obligatoria, sino también las opcionales que me impongo.
Trabajo, horarios, que acepto con gusto, tres personas en casa (que no se puede descuidar), comidas, compras, lavadoras... y el ruso, que lo estudio porque quiero, amigos que debo ver, por ellos y por mí, hijos que mimo, también por ellos y por mí.
El resultado, no siempre es satisfactorio y como conclusión... ni buena ama de casa (a veces hasta he perdido la compra), ni buena madre, ni buena hija, ni buena profesional, ni buena amiga, ni buena estudiante. Y menos mal que no tengo novio... porque sería, seguramente, mala pareja también.
Una aspirante a todo... corriendo de un sitio a otro. Pero no me quejo, eh?. Tengo lo que me gusta, aunque no lo parezca.
Así que ahora... envidiarme, es mi buena época. Soy genial descansando, sin hacer nada, no limpiando, hablando con mis amigos, saliendo de compras con mis hijos, visitando a mis padres, con los libros de ruso encima de la mesa y planeando mi salida al mar. Cargándome de energías para el lejano septiembre que se me está aproximando. Entonces os envidiaré. MJ
Aparte del calor, que necesito siempre y ahora tengo, en verano, no hago nada... Me levanto con calma, desayuno con tranquilidad, vengo al ordenador y tengo tiempo de verlo todo, veo a mis padres sin agobios, cuido o no de mi casa, según las ganas y por las tardes, relajo y amigos... Envidia verdad?
En invierno nada de todo esto existe, ni siquiera sábados y domingos. Y el invierno es largo, muy largo. No sólo la actividad obligatoria, sino también las opcionales que me impongo.
Trabajo, horarios, que acepto con gusto, tres personas en casa (que no se puede descuidar), comidas, compras, lavadoras... y el ruso, que lo estudio porque quiero, amigos que debo ver, por ellos y por mí, hijos que mimo, también por ellos y por mí.
El resultado, no siempre es satisfactorio y como conclusión... ni buena ama de casa (a veces hasta he perdido la compra), ni buena madre, ni buena hija, ni buena profesional, ni buena amiga, ni buena estudiante. Y menos mal que no tengo novio... porque sería, seguramente, mala pareja también.
Una aspirante a todo... corriendo de un sitio a otro. Pero no me quejo, eh?. Tengo lo que me gusta, aunque no lo parezca.
Así que ahora... envidiarme, es mi buena época. Soy genial descansando, sin hacer nada, no limpiando, hablando con mis amigos, saliendo de compras con mis hijos, visitando a mis padres, con los libros de ruso encima de la mesa y planeando mi salida al mar. Cargándome de energías para el lejano septiembre que se me está aproximando. Entonces os envidiaré. MJ
posted by MJ at 2:21 p. m.
3 Comments:
Ay que organizadita es mi niña en verano…
¿Te lo imaginas? Yo todo lo contrario.
No me apetece nada, y descuido todo. Se que tengo que hacer y no hago.
La cigarra y la hormiguita. Soy Cigarra, cigarra, cigarra…
El frío me dinamiza, me despierta neuronas, tengo ganas, activo, planifico, no siempre llego a buen destino, pero tengo planes…
En verano, me vuelvo insustancial, he perdido hasta el gusto a comer (no por ello disminuyo de peso), me siento hinchada, tengo que comprarme ropa y me parece que me llevan al matadero…
No puede ser…
¿Las bicicletas son para el verano?, sí, siempre que desees suicidarte, que te de una lipotimia, te quedes despanchurrada por los caminos…
¿A quien le gusta el mar en verano? Sueño, ayer mismo rememore esos paseos por la playa, cuando nadie la quiere, cuando no hay más ruido que el de las olas y las gaviotas, cuando es verdadera, cuando los colores se regalan a la vista, cuando es mía, porque nadie la quiere…entonces estoy yo, para disfrutarla, cuidarla, pasearla, respirarla…
Y ahora…, toda maltratadita ella, echándole suciedad, descuidándola los bandarras que la ocupan, chillidos, prisas, olores a embardunamientos varios, sombrillas que clavan como en el lejano Oeste ¡mi tierra!, ahora solo la visito a ultima hora, cuando ya la vislumbro cansadita, aburrida de tanto pisotón, de tanto jaleo, deseando quedarse solita, quizá solo acompañada por esos enamorados que rodaran en sus arenas, que se entregaran al deseo y que la verán y recordaran como yo lo hago, con mucho amor…
Comparto contigo lo de hacer las cosas con calma,...mucha calma...Pero, tanto calor no es
lo mio. ¡Estoy vendida!. Me anima saberme, dentro de poquito, de turista en un país que promete ser lindo. Un besito
Nines
Pues hala, comento, q me han dado permiso: yo pienso en cuando comience el curso y la actividad frenética y se me ponen los pelos como escarpias, así que hay que aprovechar al máximo estos días de relajo; al máximo, o sea, hacer lo menos posible... y sólo lo más agradable, dentro de lo que cabe, que siempre hay obligaciones inaplazables, pero relax, que si no de qué iba yo a estar a estas horas con el portátil en las piernas, tirada en la cama, leyendo y escribiendo y oyendo música. Me va a costar desacostumbrarme a esto.
MJ: Genial descansando, y genial siempre, aunque luego nos veremos menos. Pero aquí, siempre.
Grandes besos.
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