viernes, junio 02, 2006

Como la vida misma

Hace unos días, Javier les dio una clase de música a mis alumnos. Les contó un cuento de una princesa y de un príncipe, muy enamorados. Y supongo que por costumbre preguntó.
- "Aquí también habrá alguien enamorado, ¿no?, siempre hay alguna pareja".
Para sorpresa mía, pues desconocía tal relación, Nerea rspondió
- "Jorge y yo somos novios!".
Conozco otras parejas de entre mis alumnos, que no os voy a decir, puesto que, ellos, no han decidido hacerlo público, pero me centraré en esta. Y, entonces, sorprendida exclamé
- "Jorge? No tenías, tú, otra novia?". Se sabía, lo sabíamos todos. Yo había visto fotos de la aludida, no sabía su nombre, pero sí su condición de novia.
Y con la cara más triste que podáis imaginar respondió
- "Sí, pero me ha dejado"
A lo que Marcos (el amigo íntimo), muy al quite, aclaró
- "Es que, ya, se veían muy poco"
Por si no lo sabéis, que lo dudo, soy profesora de infantil, mis alumnos tienen, la mayoría cinco años.... Así empezamos los desencuentros.MJ

4 Comments:

Blogger manuel_h said...

bien, confirmar que también en estas cosas la culpa está en la educación infantil que recibimos, quita un estrés...!

besos

11:38 p. m.  
Anonymous Anónimo said...

Yo creo(autoculpándome por ser la primera que lo ha hecho y hace) que somos los adultos los que inciamos en los niños este juego absurdo de novios cuando en realidad el concepto que manejan ellos es el de la amistad. Quizás si aprendiésemos nosotros de su modo de relacionarse en lugar de "empujarlos" a "relaciones prematuras"...con las consiguientes "infidelidades"(casi siempre con la mejor amiga o el mejor amigo)y "rupturas"... (mi hija tiene 3 años y medio y una "historia tormentosa" con Alberto. Aunque también ha sido novia de Nerea....). Pues eso, si aprendiéramos de ellos, tal vez nos iría mejor. Besos: Ibone

11:36 a. m.  
Blogger MJ said...

Pues no estoy muy de acuerdo con vosotros dos. No somos los adultos directamente, aunque sï indirectamente, claro (no es la escuela infantil, manuel). Es lo que ven, lo que oyen... lo que imitan, en definitiva. El primer novio de Anaïs, como Iris, lo tuvo a los 3 años, y no creo que nadie la empujara a ello... ni nosotros (que nos dejó sorprendidos), ni en la guardería, pero era lo esperable, al fin y al cabo, estaba rodeada de parejas, que seguramente, veía felices... No creo que se les condicione... imitan. Y además no creo que haya culpables, no es tan malo, jolín, que vayan aprendiendo.MJ

11:57 a. m.  
Anonymous Anónimo said...

¡No te alteres! Sólo quería decir que entre ellos hay amistad y que surgen los novios ante nuestras preguntas insistentes:-¿Tienes algún novio? ¿Y ese niño quién es, tu novio?, etc... Iris se quiere casar con el novio o novia de turno con el único fin de vivir juntos y poder jugar siempre...(También se ha querido casar conmigo...)Por supuesto que los niños son imitadores grandiosos, si no lo fueran, no crecerían como personas, no aprenderían a hablar ni a convivir en la sociedad ni a casi nada...=>Doble responsabilidad para nosotros, ¿no crees? Besitos. Ibone

11:49 p. m.  

Publicar un comentario

<< Home