Mi periodontista (no llego a tanto en ruso, lástima)

Vengo de "mi" periodontista, y pongo lo de "mi" porque con lo que le voy a pagar, supongo que una parte pasará a ser mía.
Y es que las cosas de la periodoncia o te las tomas a broma o te echas a llorar. Y yo... ya lloro los días que me toca y no está el mundo para llorar, encima, los que no me toca.
Que sí, que estoy fatal. "Tienes un problema" y aclaró "en la boca", que menos mal, porque pensé que me había confundido de consulta y estaba con un vidente.
Mi periodontista, (jo, dentro de nada lo digo de carrerilla) se llama Ángel y se merece el nombre, de veras, me ha puesto las cosas claritas, lo que tengo, como arreglarlo, lo que vamos a tardar y lo del mantenimiento (sí, se llama así)... todo con una sonrisa y mucha amabilidad. Claro que yo estaba pálida y a punto de desmayarme.
A la par, con sonrisa y todo, yo quería matarle, lo que es comprensible, por lo que me va a hacer y por lo que me va a cobrar... no sé en qué momento me costó más controlar mi instinto asesino. Y encima me dice que deje de fumar.
Pero aquí estoy, con una cita para el día 30, pensando que debería casarme con un especialista de estos, el mantenimiento me saldría gratis y tendría medios para que me hiciera menos daño, claro que, entonces, a lo mejor, dejaba de ser encantador. MJ