Los músculos del de Guaraná

Decía Ana (I.) ayer que hacía tiempo ya que no le hacía un post, y es cierto. Esta mujer empieza a parecer mi musa, pero es que ir con ella a cualquier sitio acaba siendo un show.
Yo no conocía ni dos canciones enteras de Guaraná, pero estaba dispuesta a pasarlo en grande porque Ana estaba totalmente entregada al grupo de Alicante, y yo no iba a ser menos... Todo hay que decirlo, enseguida nos fijamos en el cantante:
- Tiene un polvo.- Me dijo Ana en un momento de sinceridad. Como siempre, le fallaban las zapatillas. Tengo un problema con las zapatillas de los cantantes, debe ser que como el escenario está alto y mi tamaño es bastante reducido, es lo que mejor les veo. Aunque, todo hay que decirlo, aquellas verdes de Coti seguro que se veían perfectamente desde cualquier punto de la ciudad.
Mientras el concierto proseguía, Ana seguía emocionándose y cantando, cada vez que decían cuál sería la siguiente canción ella me agarraba el brazo y me decía: "¡Qué buena, qué buena!". Incluso cuando anunciaban que iba a ser del último disco, y ella bajaba la cabeza y decía: "Jo, qué poco me lo sé", entonces decían el título y volvía a saltar: "¡Qué buena, qué buena!". Es increíble la cantidad de información musical de Guaraná que tiene esta mujer en la cabeza.
Luego el cantante, Juanra, presentó al resto del grupo, dos argentinos y dos españoles:
- Anda- dijo Ana,- son los nuevos Rodríguez.- Le lancé una mirada de esas que matan. Enseguida admitió que NO son los nuevos Rodríguez y que nunca lo serán.
El punto álgido del concierto vino en un momento en que el hombrecillo de las pantuflas de cuadros se quitó la camiseta y se puso a mover el culo delante de nosotras (que habíamos conseguido la primera fila en una maniobra de pericia e inteligencia). Ahí perdimos el habla y la capacidad de movimimento, Ana se olvidó de las letras de las canciones y nos sujetamos las bragas para que no salieran corriendo hacia él. Qué-hombre. Claro, se puede una poner a pensar: "El verano, las hormonas..." Pero no, no, ese hombre no era normal, ¡¡ni en las mejores revistas ni en los mejores sueños!! ¿Por qué demonios no llevaríamos cámara de fotos?
- Un par de copas nos han faltado, Ana, y nos subíamos al escenario con él.- Le dije cuando subió a una rubia y le dio un par de achuchones.
- Sí, éste era el momento de preguntarle si prefiere una rubia o dos morenas...
Al final nos quedamos con la duda. Pero ¡qué bien están los conciertos si hay buena compañía, buena música y buenas vistas!