Зрелость (La madurez) I
Tengo un sobrino de cuatro años y alumnos de esa misma edad... nosotros profesionales, andamos al traste, todo el día, con el concepto "tolerancia a la frustración". Es decir que si quieres un helado como el que tiene tu amigo... no se lo puedes quitar... y te aguantas, sin más, eso es duro, hay que aprenderlo. Lo propio, a estos años, es el berrinche, llorar, tirarte por el suelo, pedir ayuda a tu madre... y comprender que el helado no es, de momento, para ti. Y la siguiente vez será menos duro... en teoría.
Porque en la práctica, cuando quiero "un helado" que no me corresponde, que no me quieren o no me pueden dar (y voy a hablar de mí para evitar susceptibilidades)... evidentemente, ya no tengo arrebatos, ni llamo a mi madre... pero lloro, me siento la más débil, con pésima suerte, la peor tratada... y vuelvo a llorar.
No es que tolere mejor la frustración que mi sobrino... es que he aprendido a ocultarlo, a que parezca que lo acepto... y termino asumiéndolo, seguramente con el tiempo... pero el berrinche no hay quien me lo quite.
Y si en mi "tolerancia a la frustración", a veces, me equiparo a mi sobrino de cuatro años... en cuanto a los sentimientos... analizando mi propia experiencia y la de los que me rodean, últimamente, me pregunto en qué nos diferenciamos de los chavales de quince años, nosotros adultos, visiblemente adultos, quiero decir.
Pero ese es otro tema... tal vez otro día. MJ
Porque en la práctica, cuando quiero "un helado" que no me corresponde, que no me quieren o no me pueden dar (y voy a hablar de mí para evitar susceptibilidades)... evidentemente, ya no tengo arrebatos, ni llamo a mi madre... pero lloro, me siento la más débil, con pésima suerte, la peor tratada... y vuelvo a llorar.
No es que tolere mejor la frustración que mi sobrino... es que he aprendido a ocultarlo, a que parezca que lo acepto... y termino asumiéndolo, seguramente con el tiempo... pero el berrinche no hay quien me lo quite.
Y si en mi "tolerancia a la frustración", a veces, me equiparo a mi sobrino de cuatro años... en cuanto a los sentimientos... analizando mi propia experiencia y la de los que me rodean, últimamente, me pregunto en qué nos diferenciamos de los chavales de quince años, nosotros adultos, visiblemente adultos, quiero decir.
Pero ese es otro tema... tal vez otro día. MJ
posted by MJ at 1:13 p. m.
4 Comments:
Yo también tengo un sobrinito de cuatro años, Nico, y me monta unos numeritos cuando se le niega algún capricho... Me dice, ¿Por qué no? "Pues porque ya tienes una pelota en casa" "Pero la otra no tiene estos dibujos" "Que no" "Porque no"... y así hasta la saciedad...
También me planteo las cosas que me han negado con mi edad, cuando simplemente, me dicen "porque no". Y también necesito una respuesta más convincente y menos fácil.
Pero no lloro de tal manera... supongo que el sentimiento es el mismo, sólo que con la edad, vamos asumiendo ciertos rasgos estoicos que nos imponen la sociedad. Y es una lástima, en la medida que no mostramos la profundidad de nuestra frustracción...
Un besote ;)
¡Ay yo ya me acostumbre…!
Supe que tenía que renunciar y renuncie. Aprendí a no desear en exceso, y a bajar mis niveles de exigencia. Tire la toalla en muchos asuntos y me di cuenta que era más el empeño que el verdadero deseo, necesidad…
Conformista, resignada, ¿Y?
Cuando luche contra mi, no podía derrotarme, cuando luche contra ellos, no quería dejarme vencer, cuando me puse de su lado, supe que no era el mío…
¡Que cosas y teorías más raras tenéis que aplicar y enseñar a los niños!, ¿No estaréis experimentando y usándolos de coballas?
Bueno, venga, imagínate:
Soy yo, tirándome de los pelos, (que ya se me caen antes de que llegue la época de muda), revolcándome en el suelo, diciéndote ¡Culo, caca! (a saber que dicen hoy día los nenes), manchándome con rotuladores el baby e intentándolo con tu preciosa camiseta blanca y pataleando, pataleando como una posesa…
-Que ¿Por qué?
“¡Porque quiero Morcilla Ibérica!”… o no lo sabes ya…:)))
jajajajajjja!!!! Todo a su tiempo... Mira que toleras poco la frustración ,jejejeejjejeej. Y lo de culo, caca... ya no sirve para nada, jejejejej.
Y sí Marina, el sentimiento es el mismo... la educación nos lo doblega, nos lo oculta... pero yo creo que mi sobrino sin su helado y yo sin mi "afán" (que los helados no me gustan)... en el fondo querríamos matar a alguien, jeejejj. Besos.MJ
Yo no me frustro, ya no.
Hace tiempo decidí que todo lo que me tocaría por llegar, estaría allí en su momento, no cuando yo lo quisiera.
Hace tiempo que decidí que la vida me da regalos, que no debe esperar, y sí celebrar cuando los recibo...
Me enseñó la vida a callar y a sonreír.
Me gusta este post.
Te pido un favor, por si Maryna no lo lee. Hace días que visitó mi blog, y no puedo comentar el suyo, porque no me da la opción, al no tener un blog en blogger. Gracias de antemano.
Para Maryna:
Gracias por firmar en mi blog y dejarme descubrir el tuyo.
Me encanta como escribes, con las cosas claras. Un buen enfoque.
Disculpa que no haya pasado antes, pero tengo mucho lío este mes, y unos días de vacaciones por medio, pero seguiré pasando por aquí.
Y por mi parte, serás siempre bienvenida al sitio donde soplan aires de libertad, que siempre quieren ser compartidos.
Un beso.
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