jueves, noviembre 16, 2006

Оазис. Oasis

Supongo que hay sitios dónde, sin proponértelo, te encuentras bien, aparte de tu propia casa, quiero decir.
Yo ahora, y de momento, lo tengo. No importa que llueva, el frío, lo que pese el día... entramos (también vale en singular, pero es mucho mejor, infinitamente mejor, en plural)... y comienza la magia (algo de esa magia supongo que la portan quienes me acompañan y algo surge en el lugar)... los músculos se relajan (excepto los maseteros), el frío desaparece... y el peso que conlleva el día, aunque nunca se vaya, se aligera...
Y a veces, se encuentran ojos que te miran, sonrisas que te responden y palabras, que en silencio, te hacen cómplice.
Otras, el teatro, los cuentos, los gritos, adivinanzas y canciones... logran lo que, de otra manera, no hubiera podido ser.
A veces es martes, y, de la chistera, consigo un "oasis", en el medio de la semana. MJ

6 Comments:

Anonymous Anónimo said...

Sei molto fortunata. Tieniti stretta la tua oasi poiché non è facile trovarne una e tanto meno in mezzo alla settimana! Te lo dico io che mi ritrovo spesso in mezzo al deserto! Baci, cara.

1:12 a. m.  
Anonymous Anónimo said...

Tienes toda la razón en lo del oasis. Lo que está claro es que todo eso es achacable a las personas. Ibone también tiene razón, en lo de afortunada (tú vas allí varios días...). ¡¡vivan los martes!!

11:14 p. m.  
Anonymous Anónimo said...

Sí, yo también tengo mis oasis reservados... pero sobre todo, en cádiz. Aquí todavía no me siento en paz en ningún sitio, aunque quizá por el puente de Triana, es muy bonito.
Pero en Cádiz recuerdo que me sentaba en el espigón, entre las rocas, al lado del mar rompiéndose. Y que he llorado ahí muchas veces... pero siempre regresaba en calma, como el mar de la noche.
Y también en la cafetería Miami, cuando era más "peque" y tomaba café sola mientras escribía poemas en mi cuaderno. Hoy por hoy, ya me va dando más miedo estar en las cafetería sola. Qué paradoja.

Un besito fuerte.

10:11 p. m.  
Blogger MJ said...

Sono molto fortunata, veramente, lo so. Ma... io sono, anche, spesso in mezzo al deserto. Ne parliammo. Baci.
Manuela, debemos tener una especie de magia, que sólo nos fluye cuando estamos juntos, digo.
Y Marina, me encanta tu comentario, en cuatro palabras has contado una historia preciosa, perfecta. Encantada de compartir sensaciones. Un beso a todas y cada una.MJ

10:44 p. m.  
Blogger un_mar_de_calma said...

Los oaisis...cada vez que me`pierdo con la camra en mano; hace unos años sentarme junto a los acantilados en medio de un temporal, a día de hoy lo hago muy puntualmente.
unsalduo

9:45 a. m.  
Anonymous Anónimo said...

Beata te! Yo, fuera de mi habitación, no encuentro un lugar así de especial. Hay sitios donde puedo estar bien, agusto tal vez, pero no podría decir que sean mi oasis. Ya digo, sólo podría ponerle ese nombre a mi habitación y últimamente tampoco, está demasiado lleno de recuerdos como para encontrarme del todo bien ahí. Que te dure. Baci.

10:14 p. m.  

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