miércoles, octubre 01, 2008

MAR


Domingo... imposible saber la fecha...
Sola en la la playa, por mucho que haya gente jugando al balón, pocos, de todas formas... y otros haciendo lo mismo que yo... nada.
Sin pensar, sólo sintiendo físicamente, que no es una mala manera de sentir.

TACTO
El tiempo me acompaña y a la par, o indistintamente, o sucesivamente, sintiendo el sol en la piel, seguramente a traición, porque no se hace insoportable al quemar... Y está el viento, alíado con él, para, entre ambos, darme el bienestar que necesito, que reclamo...

OIDO
El mar, con su fuerza, inunca con sus sonidos todo mi ser... no sólo le oigo, pero es la forma más directa al cerebro. También oigo la gente que se acerca y luego se aleja... debe ser la hora de abandonar el puesto, algo que yo no estoy dispuesta a hacer aún.

OLFATO... GUSTO
De nuevo juntos el viento y el mar, impegnándome toda de olor a mar, a sal... o algo que sin pretenderlo huele a vida... (para bien y para mal). No tengo más que abrir la boca, sacar la lengua y humedecer mis labios, bien con disimulo y cierta sensasualidad, bien a lo bruto, como quien se relame... para sentir ese gusto a sal que tiene todo mi cuerpo, seguramente también mi mente

VISTA
No veo, cierro los ojos... sólo siento. MJ

2 Comments:

Blogger un_mar_de_calma said...

La mar es como una droga que cuando no se toma te provoca el sindrome de abstinencia.

Vivo junto al mar, lo huelo en cada momento pero no me pidas un par de dias tierra adentro que es entonces cuando la locura me come por dentro; por que no siento a ese viento acariciarme con su piel, ni el run run de las olas que me mecen en sus brazos, ni siento esa embriguez que me produce ese mar.

Un mar cameleonico que se transforma con los diferetes vientos. No es esa brabura que el sur revuelve a la bahia, ni el nordeste que viste con una sensación de frialdad cuando sus aguas son tomadas para cabalgar por esos diferentes jinetes del agua; ni los temporal que cambiar el azul por un verde esperalda o un gris piedra; ni es el reflejo de las nubes tras un minuto de calma.

Mi mar cantabrico no es el mediterraneo, y tal vez sea u hermanao pequeño del atlantico.

La mar da y quita sueños pero e muchas ocasiones es la llave de nuestroes sueños.

Un fuerte abrazo

8:50 a. m.  
Blogger MJ said...

Qué bonito, Patricia!! Qué envidia!! MJ

10:57 p. m.  

Publicar un comentario

<< Home